Responsabilidad - Generosidad – Libertad

Rav Shlomo Amar. (Foto: Bethsabée Süssmann)
Por Roland S. Süssmann

“....El Eterno actuó en mi favor cuando salí de Egipto....” Puede resultar curioso que esta frase que recitamos la noche del Séder esté escrita en presente, cuando se trata de un acontecimiento que sucedió hace milenios. En realidad, se trata de una de las numerosas indicaciones que nos ayuda a recordar la permanente actualidad de la fiesta de Pessah. Este año también, el mensaje de Pessah llama nuestra atención y nos estimula. Con el propósito de poder comprender la naturaleza específica de esta comunicación que nos es dirigida de año en año desde la noche de los tiempos con cierta solemnidad, nos hemos ido al encuentro del nuevo Gran Rabino sefardíta de Israel, el Rishon Le-Tsione, Rav SHLOMO AMAR. Fuimos muy bien recibídos por este hombre, que a pesar de su gran sabiduria y santidad, ha sabido seguir siendo sencillo, directo y cálido.

En estos tiempos difíciles e inciertos que vive actualmente la nación judía, con qué espíritu hay que abordar la fiesta de Pessah 5764?

Esta celebración se llama también Fiesta de la liberación o de la libertad. No es por casualidad que salimos de Egipto en este período del año. La llegada de Pessah convirtió ésta época propícia para la libertad. Mencionaremos como ejemplo a ese rey que se encontraba de camino con su séquito y cuyas reservas de agua para el viaje se habían agotado. Le preguntó a su consejero lo que hacer. Este le respondió : “Tenemos dos posibilidades, la primera es enviar a nuestros emisarios a la ciudad más próxima con el fín de que nos traigan agua y tardarían unas 3 horas en regresar; ó la segunda posibilidad es la de cavar un pozo en el lugar en el que nos encontramos y en el que seguramente encontraremos agua, operación en la que tardaríamos tambien 3 horas.” El rey se decantó por la segunda solución, más difícil y laboriosa. Interrogado sobre el motivo de su elección, contestó :”Si hubiesemos enviado emisarios tendríamos agua para beber, pero si cavamos el pozo éste permanecerá aquí y será útil para todos aquellos que vengan después que nosotros”. Cuando El Eterno nos concedió la libertad en Egipto no fué sólo un gesto de clemencia únicamente reservado a nuestros antepasados sino que representó un acto que beneficiaría a todas las generaciones venideras. De esta manera D´s creó Zeman Héroutenou-, el tiempo de nuestra liberación-, ó sea el período de la libertad, así como creó en Souccoth Zeman Simhaténou- el tiempo de la alegría-, etc... Como Ud. sabe hemos pasado tiempos muy dificiles es por ello que cuando el año pasado en Rosh Hachanah pedíamos en nuestras oraciones “ que el año se aleje con sus maldiciones y que llegue el nuevo año con sus bendiciones”, pensabamos sobre todo en la plaga de los atentados y en su cortejo de desgracias familiares e individuales que habian traído consigo. Cuando me preguntaron en aquel momento, contesté que no teníamos derecho a olvidar las cosas buenas que nos habían sucedido, una de ellas la desaparición de uno de nuestros peores y mas peligroso enemigo, Irak. Es humano recordar sólo las dificultades, pero pienso que a pesar de todas las preocupaciones es esencial abordar esta fiesta de Pessah de manera optimista. Por supuesto que la libertad es una palabra importante que implíca muchas cosas. Pero pienso que este año deberíamos liberarnos del rencor que nos rodea. Después de todo lo único que deseamos es vivir de acuerdo a nuestras tradiciones y precéptos, no molestamos a nadie. Debemos confiar en que el mundo se abra un poco más a nosotros y aprenda a aceptarnos. Soy consciente de que sólo se trata de una esperanza, pero no debemos olvidar que cuando salímos de Egipto, nos encontrábamos en la situación mas baja en la que se podía encontrar un ser humano : esclavos, sin derechos ni identidad tanto en el plano físico como en el espiritual. Pero cuando El Eterno decidió otorgarnos la libertad para siempre, no sólo nos la concedió fisicamente sino que nos ofreció la Torah , la libertad espiritual que conlleva la moralidad y la responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos y nuestros semejantes. Soy muy consciente de cómo nos abandona la esperanza cuando nos tenemos que enfrentar a ciertas dificultades, cada uno de nosotros tiene tendencia a perder la esperanza, a dejarle paso al miedo y a preguntarse “hasta cuando esta vez”? Esto es válido tanto en el plano individual como nacional. Pero Pessah llega para enseñarnos que no tenemos derecho a desesperarnos. Hemos tardado dos mil años en hallar la tierra de nuestros antepasados, atravesando épocas terribles, hablo sobre todo de la Shoa. Finalmente, desde que nos hemos instalado en casa, nadie nos deja en paz. Cada día nos vemos obligados a enfrentar nuevas dificultades, hasta tal punto que nuestros dirigentes están considerando abandonar algunas de nuestras tierras de Israel para conseguir el derecho a vivir en paz. Pessah nos enseña que esa es una dirección equivocada.. De hecho, cuando Moises anunció al pueblo judío en esclavitud que El Eterno le había enviado para traerles su liberación, la primera reacción de los egipcios fue hacerles aún mas insoportables sus condiciones de trabajo. Cuando Moises se quejó a D´s, éste le respondió :” Vas a ver lo que le hago al Faraón”. Y., efectivamente, lo que a simple vista parecía un castigo se convirtió en una bendición. Además.,este aumento de la dificultad para alcanzar la liberación se simboliza de manera bastante divertida en la noche del Séder. Como todos sabemos, después de acudir a la sinagoga, nos sentamos a la mesa familiar para la comida de pascua. Pero antes de llegar a la parte gastronómica , atravesamos todo un ceremonial antes de ponernos a comer los deliciosos platos que la anfitriona ha preparado, nos sirven las hierbas amargas, el maror. Sólo después de haber comido el maror, la cena de pascua puede ser servída.

Ud. ha mencionado que después de dos mil años de diáspora, hemos encontrado por fin nuestra patria, pero ni la paz ni la tranquilidad a las que esperábamos tener derecho por parte de las demás naciones. Asi pués, el hecho es que las disensiones internas y las tensiones políticas y religiosas afectan gravemente no sólo al país, sino que produce efectos negativos sobre el conjunto de las comunidades judías del mundo. Qué podemos hacer para remediarlo?

Ha mencionado Ud. el tema que más me preocupa en estos momentos : nuestra situación interna. En ese plano, hemos alcanzado un punto que jamás habíamos conocido a lo largo de nuestra historia. En todas las épocas hubieron religiosos y no-religiosos, pero nunca las tensiones entre esos dos grupos fueron tan amargas como actualmente. El uno respetaba al otro. Pero cuando nos atacamos mutuamente y ridiculizamos la Torah y la práctica religiosa, a quién pensamos que estamos perjudicando? Nos rebajamos nosotros mismos ya que la Torah y sus enseñanzas son los elementos esenciales de nuestra identidad judía y humana. Esos preceptos nos fueron entregados hace míles de años cuando el mundo apenas si sabía leer o escribir. En sus leyes están contenidas toda la base de los grandes movimientos del pensamiento moderno : “los derechos del hombre, el derecho al trabajo, los derechos de la mujer, justicia social, etc...” Debemos sentirnos totalmente identificados, recordar que somos un único pueblo, que todos tenemos el mismo orígen, y que el hecho de que seamos practicantes o no, ricos ó pobres, ashkenazies ó sefaradíes, no cambia en nada esta primera realidad que no tenemos derecho a olvidar.

El enunciado de esta verdad nos lleva al siguiente punto esencial : todas estas tensiones , que son fundamentalmente artificiales, conducen a peligrosos extremos ya que el rencor que conlleva destruye nuestra sociedad. Todo ello lo hace muchísimo más grave dado que nos encontramos en una situación económica muy precaria donde el pozo sin fondo del tema social se hace cada dia más profundo e inquietante.Ahora bien, es en ésta situación que debemos dar prueba de amor y de generosidad. Desgraciadamente, los nuevos programas económicos puestos en marcha en Israel no son precisamente el mejor medio para ayudar a los más pobres y me temo que no se está prestando la suficiente atención a la situación de los más desfavorecídos. Esto es muy peligroso, ya que la desesperanza genera rencor y puede conducir a revueltas sociales muy graves. Por otro lado, veo con tristeza que un sector privilegiado de nuestra sociedad se comporta con mucha arrogancia con nuestros hermanos que atraviesan por dificultades , lo que es totalmente contrario a la esencia misma de nuestra identidad. En efecto, la generosidad es inherente a nuestra naturaleza, del ser judío como tal, heredada directamente de nuestro antepasado Abraham. He sabido, inoportunamente, que en Israel, en algunos barrios privilegiados, sus habitantes han declarado: “ Estamos dispuestos a pagar unos impuestos municipales más elevados, pero siempre a condición de que ese dinero se invierta en la mejora de nuestro barrio y que ni un céntimo sea invertído en los barrios más humildes”. Ya no se trata de una mera cuestión de dinero sino de una simple cuestión de actitud, de mentalidad, de arrogancia. De la misma manera he oido comentar a gente acomodada “ Estamos dispuestos a pagar más impuestos, pero no para que éstos se destinen a ayudar a las familias numerosas. Quién les ha pedido que tengan tantos hijos?” Tal actitud nada tiene que ver con las formas y tradiciones del comportamiento judío.
Esta situacion, además, está prevista en La Torah (Deuteronomio VIII-11-19), de la que sólo citaré algunas frases determinantes : ......”gozando de una alimentación abundante, construyendo bellas casas donde vivirás tranquilo, viendo prosperar tu ganado, el pequeño y el grande, aumentando tu dinero y tu oro y multiplicándose todos tus bienes, tal vez tu corazón se enorgullecerá y olvidarás al Eterno tu D´s.....y tu dirás : “ fue mi propia fuerza, fué el poder de mi brazo quien me aportó esta riqueza”. No! Es del Eterno tu D´s de quien debes acordarte, porque es el quien te habrá provisto de los medios para llegar a esa prosperidad...”
Tenemos que entender, que desgraciadamente, hoy en día, muchos de los que han triunfado en la vida, que gozan de éxito y de dinero, consideran que son ellos los únicos responsables de su éxito. Olvidan que es D´s quien todo lo dirige y que aquel que hoy está subido en lo alto de la escalera, mañana se puede encontrar en el peldaño más bajo de la misma. Es por ello que es esencial honrar y respetar a los más desfavorecidos ayudándoles sin prejuicios y con dignidad, sobre todo en la manera con que nos dirigímos a ellos. No debemos actuar de forma que a la larga nos conduzca a una guerra civíl. La arrogancia de algunas personas de buena posición es portadora de un gérmen de destrucción. De todas maneras, las consecuencias de táles posturas tambien están previstas en La Torah donde se dice en los últimos versículos antes citados : “ Pero....si te olvidas, del Eterno tu D´s....morireis!” Esta frase empieza en singular y termina en plural, lo que nos recuerda que los actos de cada uno de nosotros tienen en definitíva un alcance nacional. Pienso que nuestra generosidad debe manifestarse también con nuestros hermanos llegados de Etiopía, incluidos los Falashas Mouras, a quiénes considero totalmente judíos.
Pessah 5764 llama nuestra atención pidiéndonos que olvidemos nuestros prejuícios sociales, que aceptemos nuestra responsabilidad con nuestros hermanos más desfavorecidos sea cual sea su actitud, su color de piel, su carácter o sus ideas. Pessah nos recuerda este año que es nuestra responsabilidad asegurarnos que todos aquellos que pasen necesidades, todos aquellos que sufren, los desgraciados, los inválidos y la capa más debil de la sociedad, vívan con dignidad. Este es el verdadero camíno, el que nos guiará de la sombra a la luz y hacia la verdadera libertad individual y nacional, física y espiritual. Nuestra responsabilidad consiste en ayudar a nuestros hermanos que atraviesan momentos dificiles a liberarse del yugo económico. Actuando de esta manera, reforzaremos nuestro bienestar nacional, inclusíve el de las comunidades de la diáspora así como el de cada uno de nosotros.