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Sumario Alemania Primavera 2004 - Pessah 5764

Editorial
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Pessach 5764
    • Responsabilidad - Generosidad – Libertad

Entrevista exclusivo
    • Gaza - Una idea realista?

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Alemania
    • La Villa de Wannsee
    • La Conferencia de Wannsee de 20 de Enero de 1942
    • Determinación y Persecución
    • El Museo Judio de Berlin

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La Villa de Wannsee


Por Roland S. Süssmann
Los reportajes en relación con la Shoah son siempre muy difíciles de llevar a cabo, debido sobre todo a la alta carga emocional que estos conllevan. De cualquier manera, siempre existen momentos más impactantes que otros. Cuando fui recibido en Wannsee por el director de la famosa Villa donde se celebró la conferencia de 1942, cual no sería mi sorpresa al oírle decir mientras nos dirigíamos a su despacho: “Este ascensor en el que se encuentra es de la época, posiblemente lo pidieron prestado antes que ustedes, Reinhard Heydrich y Adolf Eichmann”. Esta agradable primera toma de contacto nos hace recordar de inmediato el horror de este lugar, que por otro lado es espectacular y donde ningún judío fue asesinado.

Fue en este lugar donde se reunieron el 20 de enero de 1942 bajo la presidencia del SS Obergruppenführer Reinhard Heydrich, y acompañado por catorce altos funcionarios de la burocracia ministerial y de las SS, con el fin de planificar de hecho la deportación de los judíos de Europa hacia la Polonia ocupada, con el propósito de asesinarlos. Esta reunión entró a formar parte de la historia con el nombre de “Conferencia de Wannsee”. y, contrariamente a lo que se piensa, no fue en el curso de esa reunión que se adoptó la decisión de la “solución final”, esta fue decidida mucho antes, en 1941, por Hitler. El objetivo de esta conferencia fue el de organizar la matanza de los judíos de Europa y fue por esa razón que Heydrich convocó esa reunión (ver el artículo del historiador Dr. Norbert Kampe, director de la Casa de la Conferencia de Wannsee)

¿Pero quien era Heydrich? Nacido en 1904, hijo de un compositor y director de conservatorio, se alistó en la marina del Reich en 1926, de la que fue expulsado en 1931 por “conducta deshonrosa”. En 1932 se une al NDSAP (Nazionalsozialistishe Deutsche Arbeiterpartei) – Partido nacional-socialista alemán – y a las SS. Inmediatamente Himler le encargó la vigilancia de los partidos de la oposición. En 1933, fue nombrado director de la policía de Baviera y en 1934, jefe de la Gestapo en Berlín. En enero de 1936, es nombrado jefe del SIPO (Sicherheitspolizei) – policía de seguridad, y en 1939, jefe del RSHA (Reichssicherheitshauptant) – oficina principal de la seguridad del Reich. Durante los meses de abril y mayo de 1940, fue piloto de caza. Desde el mes de junio de 1941, él es quien reparte las órdenes a los Einsatzgruppen para la puesta en marcha de los progroms y las ejecuciones en Rusia. A finales de julio de 1940, Göring le hace responsable de la preparación de la “solución final del problema judío”. En la conferencia de Wannsee, expone su plan para la matanza de 11 millones de judíos deportados hacia el Este. En esta misma ocasión solicita el apoyo de todos los ministerios representados en la conferencia. El 4 junio de 1942, fallece, en Praga, como consecuencia de un atentado perpetrado por miembros de la resistencia checoslovaca.

No existe duda alguna de que viajar a Berlín y no visitar la famosa Villa seria una estancia incompleta. Además de la emoción y de los escalofríos que le produce al visitante entrar en la sala de conferencias, la exposición permanente que en ella tiene lugar merece la pena ser visitada. En las paredes de la sala de conferencias, cuelgan fotos de cada uno de los participantes, y no es necesario hacer un gran ejercicio de imaginación para revivir lo que allí se dijo. Fue en ese mismo lugar donde se preparó científica y meticulosamente la liquidación física de todos los Judíos de Europa, así como la de un millón y medio de niños. En cuanto a la exposición, si bien no trata de la conferencia en sí, representa la parte más instructiva. Muy bien estructurada y repartida en salas adyacentes a la de la conferencia, nos recuerda los acontecimientos históricos desde 1933, el proceso de exclusión, las persecuciones, la deportación y el exterminio de los Judíos de Europa por los Alemanes y sus cómplices. Es digno de elogio que en un espacio tan restringido se haya podido presentar de manera muy clara lo más importante de la Shoa, con la ayuda de fotos impactantes, chocantes y escalofriantes, de cartas geográficas y estratégicas, de documentos oficiales y ampliados de la época. Además de ofrecer estas exposiciones, la Villa de Wannsee dispone de un servicio pedagógico abierto a los colegios y a seminarios específicos, de una biblioteca y de una media-teca muy bien surtida, que permite consultar todos los libros, y donde también existen bandas sonoras y videos de aquella época. Los seminarios que organiza la Casa de Wannsee abarcan temas muy variados y están, la mayoría de las veces, ligados a profesiones especificas y al comportamiento de sus corporaciones durante la Shoa. Sus sesiones de estudio están divididas en seis grandes capítulos, léase: judaísmo y vida judía en Europa, antes de 1933, los Judíos baja el poder totalitario de los nazis, poder y vida cotidiana bajo los nazis, planificación y organización del genocidio, repercusiones del régimen nazi en la sociedad y la política alemana, y finalmente, el debate actual y la memoria con relación a los crímenes nazis. Por citar sólo algunos temas, unas conferencias dirigidas a unos militares de carrera se basaba en “La implicación de la Wehrmacht, el papel de la policía y los servicios de seguridad durante el genocidio”; Otra, para los componentes del cuerpo médico, se titulaba “De la eutanasia al asesinato de judíos”; recientemente se celebró una conferencia dirigida al cuerpo de bomberos para tratar sobre “El comportamiento de los bomberos alemanes durante la Kristallnacht”. A este respecto es interesante saber que en ciertas regiones, los bomberos ahuyentaban a los pirómanos con la punta de acero de las mangas de extinción, y no por tener una especial simpatía hacia los judíos, sino simplemente en función de un sentido del deber primario. Decían : “Somos bomberos y nuestra misión no consiste sólo en apagar el fuego sino también en prevenirlo. Si observamos a alguien que lo atiza, lo debemos evitar”. Los seminarios se celebran regularmente, algunos duran hasta una semana y son organizados en el ámbito nacional por el Ministerio de Finanzas de la República Federal y en él participan funcionarios provenientes de distintos niveles jerárquicos, con un tema único; “Los pillajes de los bienes judíos ordenados por las autoridades fiscales alemanas”. La pregunta que se plantea una y otra vez en esos cursos es la siguiente: ¿”Puede esa situación repetirse de nuevo?” Curiosamente las respuestas son siempre las mismas. Los dirigentes son muy categóricos, generalmente dicen que existen tantas barreras en la legislación alemana que tamaño horror no se podría volver a repetir. Los que son simples funcionarios tienen otro punto de vista: “ Me pregunto cual sería la reacción si me negara a cumplir una orden con el pretexto de que no me pareciera adecuada o justa”.

La Casa de la Conferencia de Wannsee está haciendo un esfuerzo enorme tratando de sensibilizar a la juventud alemana con respecto a la Shoa. Los colegios que acuden a visitar Wannsee tienen en sus clases, como es lógico, algún elemento perturbador que no está interesado en “otro museo”. Después de una breve visita a la exposición, las clases se dividen por materias, cada grupo elige una foto que considera la más llamativa y hace un estudio sobre el caso seleccionado. Los profesores no participan en ese proceso y los alumnos preparan su presentación entre ellos mismos. Tienen acceso a la biblioteca y a la medio teca donde, el personal de la Villa, se encuentra a su disposición y les asiste en todo lo necesario. El resultado de estos trabajos es, además de interesante, muy sintomático, tanto por la manera en que se abordan los temas como por ciertos caracteres que afloran en el transcurso de las clases. Se proponen programas de preparación para viajar a Israel, asi como a los campos y lugares que recordar en Polonia y la República Checa. Para terminar, debemos resaltar que, contrariamente a los rumores surgidos, la Villa jamás perteneció a ninguna familia judía. Fue comprada por los nazis a unos industriales alemanes de manera totalmente legal, al precio en vigor que regía en el mercado inmobiliario, o sea, 1,95 millones de Reichsmarks. La elección de esta villa para la conferencia fue una simple cuestión de comodidad. En efecto, en 1941 la Villa fue transformada en casa de huéspedes por oficiales superiores de la policía y de las SS de servicio en el extranjero, que venían a Berlín a trabajar o a descansar. La casa disponía de dormitorios, salas de juntas, una cocina excelente y una buena bodega. Debemos resaltar que los trabajos domésticos los realizaban adolescentes judíos que, finalmente fueron deportados. Una circular fechada el 15 de diciembre de 1941 recomienda a los oficiales la utilización de la Villa en sus viajes a Berlín, de manera que esta casa se convirtiera en: “un centro de relaciones amistosas de las SS Führer, de la SIPO y del SD (Sicherheitsdienst) – servicio de seguridad – llegados del exterior.

Para finalizar, decir que en la entrada de la Villa existe un libro en el que los visitantes pueden dejar escritas sus impresiones después de la visita. Dos reacciones nos llamaron la atención. La primera fue la de un joven sudafricano de 24 años que escribió: “No encuentro las palabras adecuadas para expresar mis emociones. Cómo es posible que unos seres humanos sean capaces de hacer esto a otros seres humanos, sobrepasa mi entendimiento. ¡Me siento tan orgulloso de ser judío y de estar aquí, de pié, medio siglo después de estos acontecimientos, y de poder decir alto y fuerte “Le-Haim – a la vida, - a la paz – a Israel!”. La segunda fue: “¡Estoy aquí de nuevo! ¡Y de los hornos saldrá humo otra vez con una firma simbólica, la cruz gamada!!!

Para reflexionar.

Haus der Wannsee Konferenz
Am Grossen Wannsee 56/58
Berlín
Tel.0049 30 805 00 10
Abierto todos los días de 10h00 a 18h00
Pagina web: www.ghwk.de

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